"Hace no mucho tiempo se llevaron a cabo revaluaciones fiscales en los campos tucumanos, pero no disminuyeron las alícuotas del impuesto inmobiliario, que estaban altas para compensar los bajos valores de los campos. Sería hora de que bajen esas alícuotas", señaló el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Tucumán (Cartuc), Víctor Pereyra.

El dirigente agropecuario, ex titular de la Sociedad Rural de Tucumán (SRT), analizó la situación del campo tucumano, a raíz del anuncio de que la Dirección General de Catastro (DGC) impulsará la recategorización de alrededor de 1.000 inmuebles que habían sido registrados como "zona H" (áreas que presentan limitaciones que imposibilitan cualquier tipo de actividad agrícola) y que, a partir de la utilización de sistemas como la siembra directa, por ejemplo, se convirtieron en fértiles.

Hoy, por cada hectárea de tierra categoría H se tributa $ 32,5; por las de nivel A, B y C, según el departamento provincial en que se encuentre, se paga entre $ 492 (mínimo) y $ 6.420 (máximo). Estos valores salen de la aplicación, por parte del Gobierno, de un 114% a las cifras fijadas por el decreto 2.458/3, del Ministerio de Economía, publicado en el Boletín Oficial el 31 de diciembre de 2001, hace casi una década.

El titular de la DGC, Félix Herrero, explicó que el cambio de topografía a partir informes del laboratorio del INTA de Castelar, de imágenes satelitales y de fotogramas a escala 5.000, tomados desde un avión. El funcionario aclaró que la recategorización de algunos inmuebles donde se verificó cambios de la topografía no debe entenderse como un revalúo.

"Resulta extraño que ahora se haya determinado que hubo desmontes, cuando para llevar adelante ese proceso hay que contar con la autorización de Catastro y de Recursos Naturales", remarcó Pereyra. Según el dirigente, mientras no haya una adecuación de los valores de las alícuotas del inmobiliario con respecto a los precios de los campos "continuará un esquema de alta presión fiscal para el sector agropecuario provincial".

"Por otra parte -agregó el presidente de Cartuc-, hace tiempo que no se hacen desmontes, porque en Tucumán todas las tierras ya fueron ocupadas para cultivos". La falta de campos para encarar emprendimientos agropecuarios llevó a que muchos productores tucumanos se desplazaran con sus inversiones a las provincias vecinas.

Esperan las lluvias

Los productores de granos de Tucumán aguardan que comience lo antes posible el período de lluvias para comenzar los preparativos para el inicio de la siembra de soja. Pereyra destacó que en las zonas centrales del país ya comenzaron las lluvias, y que se espera que este proceso se traslade lo antes posible a nuestra región. Por su parte, el agricultor Oscar Ricci sostuvo que la temporada de granos gruesos viene con demoras a causa de la falta de humedad en los campos. "Los perfiles están muy secos y es necesaria una buena lluvia para que podamos empezar a preparar los campos", finalizó.